La llama olímpica, símbolo de paz y unidad en el deporte, ha iniciado su travesía hacia los Juegos Olímpicos de París 2024. La ceremonia de entrega se celebró en Atenas, en el emblemático estadio Panathinaiko, cuna de los primeros Juegos Olímpicos modernos de 1896. Este viernes, bajo un cielo despejado y ante la presencia de miles de espectadores, la antorcha fue transferida al director de los Juegos de París, Tony Estanguet, por el presidente del Comité Olímpico Griego, Spyros Capralos.
El relevo de la antorcha, que comenzó tras ser encendida la semana pasada en la antigua Olimpia, concluyó su periplo griego de 11 días en Atenas. La llama pasará la noche en un farol especial en la Embajada de Francia, simbolizando el enlace entre las culturas griega y francesa y el espíritu olímpico que une a naciones a través del deporte.
El próximo capítulo del viaje de la llama será su partida hacia Francia. El sábado, la antorcha será embarcada en el «Belem», un barco de tres mástiles, que la llevará al puerto de Marsella. Este evento, previsto para el 8 de mayo, se espera que atraiga a unos 150.000 espectadores en el Puerto Viejo de Marsella, donde también se realizarán las competiciones olímpicas de vela.
El recorrido de la antorcha concluirá con un espectáculo visual impresionante cuando el último portador suba al tejado del estadio Velódromo en Marsella el 9 de mayo. Este acto simbólico no solo celebrará la conexión histórica de Marsella, fundada por colonos griegos en el año 600 a.C., sino que también marcará el comienzo de un emocionante relevo de 68 días que culminará con la ceremonia de inauguración en París el 26 de julio.
Este evento no solo revivifica la rica historia olímpica, sino que también renueva la esperanza y el entusiasmo por los Juegos Olímpicos de París 2024, prometiendo ser una celebración del espíritu humano y la excelencia deportiva.
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