Para Kenia López Rabadán, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, lo ocurrido en Coahuayana, Michoacán, no debería convertirse en un campo de batalla entre partidos. La legisladora dijo que, más allá de si el ataque del fin de semana se clasifica o no como terrorismo, lo urgente es garantizar la seguridad de quienes viven en la región y evitar que el debate político se convierta en excusa para no actuar.
En una conversación con medios en San Lázaro, López Rabadán señaló que la violencia no es exclusiva de Michoacán: se repite en diferentes estados y está documentada con cifras que llevan años encendiendo alarmas. Por eso insistió en que ningún servidor público debería usar la inseguridad como bandera partidista ni como pretexto para justificar fallas. “Hay que ponernos a trabajar”, resumió.
La diputada recordó que miles de personas en México viven con miedo todos los días y que la discusión pública no puede reducirse a quién gobierna o quién lo dijo primero. Para ella, la conversación debe girar en cómo coordinar a los tres niveles de gobierno —federal, estatal y municipal— para diseñar una estrategia real que dé resultados, una que sirva tanto a los michoacanos como al resto del país.
López Rabadán también retomó las manifestaciones recientes en diversas ciudades y dijo que esas expresiones sociales no debieron minimizarse. Según explicó, son un reflejo del “México profundo” al que la inseguridad afecta de manera directa, un país donde millones de personas trabajan, salen adelante y buscan simplemente vivir en paz.
Al final, fue clara al señalar que la responsabilidad de construir un país seguro recae en quienes reciben un salario del erario. “Más allá de culpas del pasado o del presente, hoy es una obligación dar respuestas”, declaró. Para ella, no hay margen para excusas: el crimen organizado no puede ser más fuerte que las instituciones mexicanas.















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