La reciente investigación «paraguas», que compila más de dos décadas de estudios, sugiere que adoptar una dieta vegana, vegetariana o lacto-ovo vegetariana no solo es una elección ética o ambiental, sino una decisión potencialmente vital para nuestra salud. Este análisis de alto nivel indica una notable reducción en el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, cáncer y muertes prematuras relacionadas con problemas cardiovasculares.
El estudio, dirigido por el Dr. Angelo Capodici de la Scuola Superiore Sant’Anna en Italia, apunta a un efecto protector de estas dietas contra varios tipos de cáncer como los del hígado, colon, páncreas y próstata, entre otros. La base de estos beneficios radica en la reducción de factores de riesgo como la presión arterial y el colesterol, fundamentales en la prevención cardiovascular.
Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. La Dra. Federica Guaraldi, coautora del estudio, advierte sobre los peligros de incluir alimentos vegetales poco saludables como jugos azucarados y cereales refinados, que podrían mitigar los beneficios de una dieta basada en plantas. Además, el estudio subraya que el estilo de vida saludable general de los vegetarianos y veganos—que típicamente incluye mayor actividad física y menor consumo de alcohol y tabaco—también contribuye a estos resultados positivos.
Una perspectiva fascinante del estudio es el experimento con gemelos llevado a cabo por Christopher Gardner de la Universidad de Stanford, que mostró mejoras significativas en el perfil de salud del gemelo vegano comparado con su hermano omnívoro en tan solo ocho semanas. Esto demuestra que incluso sin ejercicio adicional, cambiar a una dieta basada en plantas puede tener efectos beneficiosos rápidos y medibles.
El Dr. David Katz, especialista en medicina preventiva, aunque no participó en este estudio, reconoce la importancia de estos patrones dietéticos, destacando que aunque algunos beneficios puedan ser atribuidos a otros aspectos del estilo de vida, el impacto neto de adoptar dietas ricas en plantas es indudablemente positivo para la salud.
Finalmente, mientras que los resultados son en su mayoría alentadores, el estudio también señala áreas que requieren más investigación, como los efectos de estas dietas en mujeres embarazadas. Además, los veganos y vegetarianos deben ser conscientes de potenciales deficiencias nutricionales y considerar suplementos para asegurar una alimentación equilibrada.
Este análisis subraya una verdad crucial: la alimentación no solo afecta nuestra cintura, sino nuestra longevidad y calidad de vida, reforzando la idea de que lo que comemos es, de hecho, una forma de medicina preventiva.
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