Por Juan Pablo Ojeda
El mundo del espectáculo y la música latina despide a una figura clave en la historia del Tex-Mex. Abraham Quintanilla Jr., el hombre que impulsó la carrera de Selena y dio forma a Selena y Los Dinos, falleció este sábado 13 de diciembre a los 86 años. La noticia fue confirmada por su hijo, el productor y compositor A.B. Quintanilla, quien lo recordó en redes sociales con un mensaje cargado de nostalgia acompañado por la canción “Cien años”, en la voz de Pedro Infante.
Nacido en Corpus Christi, Texas, en una familia de raíces mexicanas, Abraham Quintanilla creció orgulloso de su identidad chicana y del cruce cultural que marca la vida en la frontera. Desde joven encontró en la música una forma de expresión. Durante la secundaria se integró al coro escolar y poco después fundó su primer grupo, The Dinos, una agrupación vocal que le permitió abrirse paso como músico y sentar las bases del proyecto que años más tarde evolucionaría en Selena y Los Dinos.
Su camino no estuvo exento de obstáculos. En las décadas de los cincuenta y sesenta, el racismo y la segregación limitaron las oportunidades para músicos mexicoamericanos. El propio Quintanilla relató en entrevistas y documentales las dificultades para presentarse en bares y clubes, donde en ocasiones les negaban el acceso por su origen, aun cuando cantaban en inglés. Esas experiencias marcaron su carácter y fortalecieron su determinación.
En 1961, Abraham dejó la música profesional para enlistarse en la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Fue en esa etapa cuando consolidó su relación con Marcella Samora, con quien formó una familia y tuvo tres hijos: A.B., Suzette y Selena. Años después, la música volvería a ocupar el centro de su vida, esta vez como un proyecto familiar.
Como padre, Abraham Quintanilla se convirtió en el arquitecto del sonido que llevaría a Selena a la cima. Fue músico, productor, representante y maestro, imponiendo una disciplina férrea en los ensayos diarios y creyendo, incluso cuando pocos lo hacían, en el talento de sus hijos. Bajo su guía, Selena y Los Dinos rompieron barreras, transformaron el reconocimiento local en éxito internacional y se consolidaron como un referente del Tex-Mex.
El legado de Abraham Quintanilla va más allá de los escenarios. Su historia es la de un hombre que, desde la cultura chicana, desafió prejuicios y construyó una dinastía musical que marcó a generaciones. Hoy, su nombre queda ligado para siempre al de Selena, la reina del Tex-Mex, y a una época dorada de la música latina.















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