CDMX a 6 de marzo, 2024.- En una mañana que prometía transcurrir como cualquier otra conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Palacio Nacional se convirtió en el epicentro de una protesta sin precedentes. Estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en un acto de desesperación y exigencia de justicia, irrumpieron y derribaron una de las puertas del recinto durante la transmisión de la conferencia mañanera del presidente.
La acción de los estudiantes no solo buscaba captar la atención del mandatario y de la nación, sino también exigir una reunión con el presidente ante la negativa de encuentros previos con los padres de los 43 jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa. Este evento es un reflejo del descontento y la frustración acumulada a lo largo de los años, marcados por la desaparición forzada de los 43 estudiantes en 2014, un caso que ha generado indignación tanto a nivel nacional como internacional.
La respuesta del gobierno no se hizo esperar. A pesar de la conmoción inicial, el presidente López Obrador minimizó el incidente, asegurando que «se va a arreglar la puerta» y atribuyendo la protesta a una provocación. Sin embargo, prometió que la Secretaría de Gobernación atendería a los manifestantes, reiterando su compromiso con la búsqueda de los jóvenes desaparecidos.
Este incidente no solo pone de manifiesto la persistente demanda de justicia por parte de las familias de los desaparecidos y la sociedad civil, sino que también evidencia las tensiones entre el gobierno y aquellos que, desesperados por respuestas, recurren a medidas extremas para ser escuchados.
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