CDMX a 8 de mayo, 2204.- En un evento sin precedentes desde febrero de 2021, México enfrentó una serie de apagones masivos que afectaron al menos a 13 estados del país el pasado martes 7 de mayo. Este fenómeno, que no se observaba desde la tormenta invernal en Texas durante la pandemia de Covid-19, puso a prueba la capacidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en medio de una ola de calor extremo que disparó la demanda de energía eléctrica a niveles críticos.
El Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) activó operativos de alerta y emergencia como respuesta a la intensa demanda energética, principalmente por el uso excesivo de sistemas de refrigeración en hogares y empresas. A pesar de que el país cuenta con la capacidad de generación de energía necesaria, el calor inusualmente intenso llevó al sistema a un estado de alerta temporal en varias zonas, aunque la situación fue controlada y el servicio restablecido prontamente.
Los apagones afectaron diversas áreas, desde grandes ciudades hasta pequeñas comunidades, dejando a millones de mexicanos sin electricidad durante horas. La rápida respuesta del CENACE y las autoridades locales ayudó a mitigar el impacto de estos cortes, pero el evento ha reavivado el debate sobre la necesidad de fortalecer la infraestructura eléctrica del país y diversificar las fuentes de energía para hacer frente a futuras olas de calor.
Este incidente subraya la importancia de avanzar hacia un sistema energético más robusto y sostenible. Iniciativas como la integración de más fuentes de energía renovable y la modernización de la red eléctrica son cruciales para asegurar que México pueda enfrentar desafíos climáticos extremos sin comprometer el suministro de energía a sus ciudadanos.
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