Día Mundial de los Tiburones: Revelan rutas migratorias clave para su conservación global

Este 14 de julio, en el marco del Día Mundial de los Tiburones, científicos de todo el planeta alzaron la voz para proteger a uno de los grandes depredadores del océano. Gracias al proyecto internacional MegaMove, más de 400 expertos consolidaron la base de datos más robusta jamás creada sobre la migración de tiburones, ballenas, tortugas y otras especies marinas. ¿El objetivo? Identificar las rutas que deben ser protegidas urgentemente antes de que el daño sea irreversible.

Uno de los líderes del proyecto, Alex Hearn, biólogo de la Universidad San Francisco de Quito y miembro de la red MigraMar, fue claro: “Las medidas actuales no bastan. Aunque protejamos el 30 % del océano, si seguimos contaminando y pescando sin control fuera de esas zonas, no hay esperanza”.

Tiburones viajeros, pero sin refugio

El estudio, publicado en la revista Science en junio de 2025, documentó el movimiento de 111 especies marinas durante 30 años, con hallazgos alarmantes: el 85 % del tiempo los tiburones pasan fuera de áreas protegidas, lo que los deja vulnerables ante flotas pesqueras, tráfico marítimo, colisiones con embarcaciones y contaminación por plásticos.

En Latinoamérica, se rastrearon especies como el tiburón martillo, el tiburón tigre, el tiburón azul, el sedoso y el tiburón ballena. Las zonas más críticas del Pacífico Tropical Oriental incluyen las islas Galápagos, Cocos, Malpelo, Coiba y Revillagigedo.

Sin embargo, hay zonas clave fuera de la jurisdicción de los países que están desprotegidas, como el Frente Ecuatorial, un corredor vital para tiburones, aves y mantarrayas. Para resguardarlo, urge que los países ratifiquen el Tratado de Alta Mar (BBNJ), estancado desde la última cumbre de la ONU sobre la Década del Océano.

Ecuador: entre el liderazgo y la sobrepesca

Ecuador ha dado pasos positivos como la creación de la Reserva Marina Hermandad —diseñada para proteger rutas migratorias—, pero también enfrenta un gran reto: su propia flota palangrera, que captura legalmente más de 250 mil tiburones al año.

“El tiburón martillo, aunque esté protegido en Galápagos, apenas sale de la reserva y se topa con anzuelos. Y si logra esquivarlos, más adelante lo espera la flota china de pesca de calamar”, advierte Hearn.

¿Qué podemos hacer?

Además de ratificar tratados internacionales y crear corredores marinos transfronterizos, los expertos llaman a separar las rutas marítimas de navegación de las rutas migratorias de los tiburones, como ya se hace con las ballenas. También piden reducir la velocidad de los barcos en zonas sensibles, restringir el uso de artes de pesca como el palangre y fomentar la trazabilidad de productos del mar.

Y no todo depende de gobiernos. El llamado también es a los ciudadanos: consumir pescado responsablemente, exigir que los restaurantes digan cómo fue capturado el atún o el tiburón que sirven, y cuidar desde casa lo que se vierte al mar.

Un cambio de conciencia

Hearn recuerda que hace 15 años lo cuestionaban por estudiar tiburones. Hoy, le preguntan si los está cuidando. “Eso es un cambio de paradigma. Cada vez más gente entiende que los tiburones no son monstruos de película, sino piezas clave para que el océano siga respirando”.

 

 

 

 

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