La Tlanchana revive en escena: danza, mito y conciencia ambiental

Foto y texto Bruno Cortés

La mítica Tlanchana, deidad acuática del pueblo matlatzinca, regresa para contar su historia a nuevas generaciones. A través del ballet Tlanchana, la leyenda de nuestras aguas, artistas escénicos combinan danza, teatro, poesía, clown, música y proyección multimedia en una puesta que reinterpreta una de las leyendas más antiguas del Valle de Toluca.

El montaje, de corte neoclásico y contemporáneo, se presenta como una experiencia escénica que une la tradición oral con las nuevas tecnologías, utilizando el arte como herramienta para hablar del deterioro ambiental y de la pérdida de los ecosistemas acuáticos que alguna vez dieron vida a los pueblos del centro de México.

La obra narra la historia de Mitzli, una niña que escucha un llamado ancestral y cae en un pozo encantado, donde se encuentra con criaturas mágicas y memorias de barro que la conducen a descubrir que las leyendas no han muerto, sino que esperan ser recordadas. Su viaje simboliza la reconexión con la naturaleza y la conciencia colectiva sobre el uso responsable del agua.

Inspirada en la cosmovisión matlatzinca, la Tlanchana representa la dualidad entre la abundancia y la destrucción, el equilibrio perdido entre el ser humano y su entorno. El espectáculo busca recuperar ese vínculo espiritual con los cuerpos de agua, a través de una propuesta que combina lenguaje corporal, elementos mitológicos y recursos audiovisuales para crear un ambiente inmersivo.

El montaje integra música original en vivo, iluminación teatral de corte cinematográfico y proyecciones digitales que recrean los paisajes lacustres donde, según la tradición, habitaba la Tlanchana. Cada escena está pensada para provocar una reflexión sobre la fragilidad del agua como fuente de vida y sobre el impacto de las acciones humanas en su degradación.

Además de su valor artístico, la puesta en escena funciona como una metáfora sobre la memoria y la identidad. A través de la figura mítica, el proyecto impulsa una conversación sobre lo que la modernidad ha dejado atrás: los ritos, las leyendas y las formas de convivencia que daban sentido a las comunidades originarias.

La producción destaca por su trabajo interdisciplinario, reuniendo a bailarines, actores, músicos y diseñadores escénicos que colaboran en un relato visualmente potente, donde cada elemento —desde la coreografía hasta la música— dialoga con el mensaje de restauración y esperanza.

Tlanchana, la leyenda de nuestras aguas se presenta como un recordatorio de que el arte puede ser vehículo de transformación social. En un tiempo donde las sequías y la contaminación amenazan los recursos naturales, esta obra invita a volver la mirada al agua como elemento sagrado, origen de vida y reflejo de lo que somos como sociedad.

La propuesta se inscribe en la corriente de espectáculos contemporáneos que buscan resignificar los mitos prehispánicos con lenguajes escénicos actuales, reforzando el papel del arte como puente entre la memoria ancestral y las nuevas generaciones urbanas.

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