El fenómeno de La Niña ha regresado oficialmente al Pacífico ecuatorial y sus efectos ya comienzan a sentirse. Según la más reciente actualización del Centro de Predicciones Climáticas (CPC, por sus siglas en inglés), publicada el 9 de octubre de 2025, la temperatura superficial del mar en esta región se ha enfriado lo suficiente para confirmar el inicio de la fase fría del ENSO (El Niño-Oscilación del Sur). Este cambio implica una alteración en los patrones atmosféricos globales, cuyos impactos se reflejarán gradualmente en México durante el invierno 2025-2026.
La Niña se caracteriza por el enfriamiento del océano Pacífico ecuatorial, lo que modifica los vientos alisios y las corrientes de humedad. Actualmente, las temperaturas presentan anomalías entre -0.5 °C y -1 °C, lo que ubica este episodio en una intensidad débil a moderada, con una probabilidad de 55 a 80 % de mantenerse activa entre octubre y enero. Hacia febrero o marzo de 2026, se espera una transición nuevamente hacia una fase Neutra, conforme el mar vuelva a calentarse gradualmente.
Un invierno con frío y lluvias intermitentes
A diferencia de años recientes, cuando el invierno fue más cálido y seco, los pronósticos indican que esta temporada podría ser más fría y húmeda. Los modelos climáticos sugieren que México experimentará lluvias superiores a lo normal, especialmente en regiones del sureste, el oriente, el Pacífico sur y parte del centro del país durante noviembre y diciembre. En cambio, el norte y noreste tendrán un comportamiento más seco, aunque no se descartan precipitaciones eventuales.
El invierno 2025-2026 será, en general, típico, con días soleados alternados con frentes fríos, lluvias y descensos notables de temperatura. Se prevén heladas y nevadas en zonas altas del centro y norte, mientras que en el resto del país las temperaturas se mantendrán dentro del promedio, aunque con marcados contrastes entre jornadas cálidas y otras de frío intenso.
En enero, las lluvias podrían concentrarse en el Pacífico occidental, el noreste, el Golfo de México y el sureste, extendiéndose incluso al Altiplano central. Para febrero, los pronósticos apuntan a un mes más seco, pero con posibilidades de eventos de lluvia aislados, acompañados de masas de aire polar que podrían generar nevadas esporádicas.
Posibles escenarios si La Niña se intensifica
Aunque la actual proyección ubica a La Niña como un evento débil, algunos modelos sugieren que podría alcanzar una intensidad moderada. De suceder, los efectos podrían cambiar hacia un escenario con menos lluvias y mayor variabilidad térmica, es decir, días de calor inusual seguidos de frentes fríos más severos. No obstante, la probabilidad de que se convierta en una Niña fuerte o “súper Niña” (con anomalías de -2 °C o más) es prácticamente nula este año.
Por ahora, el panorama más probable es una combinación de condiciones Neutras y de La Niña, lo que favorecería un equilibrio climático con más humedad, temperaturas reguladas y menos periodos secos prolongados. Este comportamiento mixto permitiría que México experimente contrastes marcados, con lluvias intermitentes, días templados y episodios de frío intenso impulsados por la llegada de frentes árticos provenientes de Alaska y Siberia.
Un invierno de contrastes
En resumen, el invierno 2025-2026 en México se perfila con lluvias por encima del promedio, temperaturas reguladas y eventos de frío intenso. Los efectos más notorios se sentirán en los estados del norte, centro, occidente y Golfo de México, sin descartar nevadas ocasionales en regiones montañosas. Aunque habrá días soleados y cálidos, los periodos fríos podrían ser más prolongados y severos que en los últimos inviernos.
Conforme avance la temporada, los meteorólogos irán precisando los impactos regionales, pero todo indica que La Niña traerá un invierno más húmedo y con un aire invernal clásico, marcando un contraste con los inviernos secos de años anteriores.
Deja una respuesta