En un país donde la posverdad parece haberse convertido en deporte nacional, el diputado Arturo Ávila decidió entrar al juego con reglas distintas: no con memes, ni con discursos enardecidos, sino con un archivo digital que promete confrontar cada mentira de la oposición con un documento oficial. Así nació lasmentirasdelpan.com, una plataforma presentada en la “Legislativa del Pueblo”, cuyo objetivo declarado es desenmascarar la narrativa del Partido Acción Nacional con pruebas en mano.
Ávila, vocero del Grupo Parlamentario de Morena, explicó que el portal no es un simple escaparate propagandístico, sino un repositorio de evidencias. “Cada mentira tendrá un dato comprobable detrás, un documento oficial que respalde la versión real”, afirmó con tono de cirujano que muestra radiografías en lugar de opiniones. Según el legislador, en apenas dos semanas de trabajo ya han contabilizado 127 “falsedades” difundidas desde la oposición.
El sitio, que ya se encuentra en línea, pretende ser una especie de contador público de la desinformación. Entre sus primeras publicaciones aparecen casos polémicos como el llamado “cártel inmobiliario”, la acusación de “narcogobierno” y la polémica “ley espía”. También se incluyen señalamientos sobre figuras de alto perfil, como Beatriz Gutiérrez Müller, y se anunció que próximamente llegarán capítulos dedicados a personajes como Lilly Téllez, Ricardo Anaya, Cabeza de Vaca y los hermanos Taboada. En otras palabras, un menú variado para el ciudadano curioso y para el adversario político.
La iniciativa se inscribe en una estrategia mayor: el control de la narrativa en tiempos de polarización. En un ambiente donde el WhatsApp de la tía y los tuits incendiarios suelen ganar más atención que los comunicados oficiales, Morena busca darle la vuelta al tablero con un archivo verificable. Claro, no faltarán quienes lo vean como una cacería selectiva, pero al menos la propuesta pone sobre la mesa la necesidad de que el debate público se alimente de pruebas y no de ocurrencias.
En el mismo evento, el diputado Ricardo Monreal, coordinador de Morena en San Lázaro, quiso apagar rumores: no habrá reforma fiscal en este periodo. Con la misma frialdad con la que se sirven los recortes presupuestales, aclaró que la presidenta Claudia Sheinbaum prefiere fortalecer la recaudación con los instrumentos actuales antes que abrir otro frente con cambios impositivos. “No lo hay, no lo habrá y ni siquiera lo hemos discutido”, sentenció, quizás para tranquilizar a los contribuyentes que ya se habían puesto a revisar sus bolsillos.
Monreal adelantó también que el Paquete Económico 2026 llegará a la Cámara de Diputados a más tardar el 8 de septiembre. Este incluirá los criterios generales, la Ley de Ingresos, el Presupuesto de Egresos y la siempre polémica Miscelánea Fiscal. Aunque reconoció que el gasto público enfrenta presiones crecientes —porque las necesidades sociales no entienden de austeridad— reiteró que la instrucción presidencial es clara: no habrá sorpresas fiscales de última hora.
El coordinador parlamentario aprovechó para confirmar que sí habrá glosa del Informe de Gobierno, un ejercicio que permitirá a los secretarios de Estado comparecer ante comisiones o en el pleno. Un recordatorio de que, al menos en teoría, la rendición de cuentas sigue siendo parte de la liturgia legislativa. Entre los temas prioritarios, subrayó la urgencia de aprobar la reforma que tipifique la extorsión, asunto que la presidenta Sheinbaum pidió atender con celeridad.
Al final, la “Legislativa del Pueblo” dejó dos mensajes claros. Primero, que Morena quiere librar la batalla de la opinión pública con documentos en mano, algo inusual en tiempos donde el meme parece más poderoso que el expediente. Y segundo, que la estabilidad económica sigue siendo prioridad, incluso si eso significa evitar la tentación de nuevas reformas fiscales. Una combinación que suena a pragmatismo, aunque no está exenta de ironía: combatir la mentira con archivos PDF y gobernar con la misma cobija presupuestal que cada año queda más corta.
En todo caso, el lanzamiento de lasmentirasdelpan.com marca un precedente: la política mexicana ya no solo se libra en tribunas y plazas, sino también en servidores y navegadores. Y en esa arena digital, cada “clic” puede convertirse en un voto o en una verdad compartida.
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