México conmemora este 12 de octubre el Día de la Hispanidad, fecha que vuelve a generar debate entre quienes la celebran como símbolo del mestizaje cultural y quienes la consideran un recordatorio de la colonización y el exterminio indígena.
En redes sociales, el tema alcanzó las principales tendencias nacionales. La diputada América Rangel publicó en X (antes Twitter) que “negar nuestra hispanidad es odiarnos”, en defensa de mantener la fecha como celebración del encuentro entre dos mundos. Su publicación, con más de 380 interacciones, desató reacciones encontradas en el espectro político y académico.
Origen y significado
El Día de la Hispanidad, conocido en México también como Día de la Raza, se instauró oficialmente en 1958, siguiendo la conmemoración española de 1917. Historiadores destacan que el 12 de octubre de 1492 marcó el inicio de un proceso de fusión cultural, lingüística y religiosa, visible en la gastronomía, el idioma español y la religiosidad mestiza que caracteriza a gran parte de América Latina.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), alrededor del 90% de la población mexicana se identifica como mestiza, reflejando la mezcla entre pueblos originarios y herencia europea.
Controversias contemporáneas
Sectores académicos e indígenas proponen reemplazar la efeméride por el “Día de la Resistencia de los Pueblos Originarios”, señalando que el proceso de conquista provocó la muerte de millones de personas y la pérdida de lenguas y tradiciones.
El monero RAPE y colectivos culturales difundieron mensajes que llaman a reconocer “la herida colonial” sin borrar el legado compartido. En contraste, defensores de la celebración tradicional sostienen que la identidad mexicana se forjó en la mezcla, no en la negación del pasado.
Repercusiones internacionales
En España, Sevilla y Madrid encabezan los festejos con desfiles cívicos y muestras culturales, mientras que en México algunas ciudades replican actividades artísticas y gastronómicas. El fenómeno también coincide con el auge de la migración latina en Estados Unidos, donde más de 60 millones de hispanos reivindican su herencia cultural como motor económico y social.
El debate, más que cerrado, evidencia la complejidad de un país que busca reconciliar su historia y su diversidad.
Deja una respuesta