Desde las 8:00 a.m., bloqueos en carreteras clave de 25 entidades federativas generan caos vial en México, impulsados por demandas de transportistas y campesinos ante inseguridad y falta de apoyo agrícola.
El paro nacional, convocado por la Asociación Nacional de Transportistas de Carga (ANTAC), el Frente Nacional para el Rescate del Campo Mexicano (FNRCM) y el Movimiento Agrícola Campesino (MAC), inició este lunes 24 de noviembre de 2025 con cierres totales en accesos federales y aduanas. Las protestas, que afectan rutas hacia la Ciudad de México y fronteras norte, responden a extorsiones sistemáticas en carreteras y la ausencia de precios de garantía para granos como el maíz. En el Valle de México, donde el tráfico ya es un enredo diario, las colas se extienden por kilómetros desde el amanecer.
Los bloqueos más críticos se registran en la Autopista México-Toluca, a la altura del Outlet Lerma en el kilómetro 49, donde un tráiler atravesado deja solo un carril operativo desde las 5:20 a.m. Similar situación ocurre en la México-Querétaro, desde Ford en Naucalpan, y la México-Puebla, con cierres en casetas que disparan tiempos de traslado hasta en 200 por ciento. En el Estado de México, la Vía José López Portillo en Ecatepec comparte carriles con el Mexibús, ralentizando el flujo hacia la capital. Estas acciones, planeadas como «estrangulamiento logístico», buscan visibilizar la vulnerabilidad de sectores que mueven el 80 por ciento de la carga nacional.
Las causas radican en un incremento del 16 por ciento en robos viales durante el primer semestre de 2025, con 26 mil incidentes reportados, equivalentes a uno cada 47 minutos. Transportistas denuncian extorsiones por parte de elementos de la Guardia Nacional, estatales y municipales, a menudo bajo pretextos como licencias digitales no reconocidas. Para los campesinos, el detonante es la exclusión de granos del T-MEC y la falta de publicación de precios de garantía, que proponen en 7 mil 200 pesos por tonelada de maíz frente a los 5 mil 200 ofrecidos por el gobierno. Estas demandas se acumulan tras mesas de diálogo en la Secretaría de Gobernación (Segob) y Agricultura (Sader) que no han derivado en compromisos firmados.
El gobierno federal, a través de un comunicado conjunto de Segob y Sader, ha instado a evitar los bloqueos y asegura que atiende las peticiones mediante «acuerdos preliminares». La presidenta Claudia Sheinbaum mencionó en rueda de prensa matutina que hay «diálogo abierto» con líderes del sector, aunque estos lo califican como insuficiente por la ausencia de funcionarios con facultades ejecutivas. Organizaciones como AMTAC e INDECO se desmarcaron del paro, optando por una «relación colaborativa» con autoridades, lo que fragmenta el movimiento y genera tensiones internas.
En la Ciudad de México, el impacto se suma a manifestaciones locales: una marcha de 80 personas desde el Ángel de la Independencia hacia la Agencia Nacional de Aduanas en Paseo de la Reforma cierra esa vialidad principal desde las 11:00 a.m. Usuarios en redes sociales reportan filas de hasta 10 kilómetros en accesos ponienteros, con conductores varados bajo un cielo nublado que amenaza lluvia ligera al mediodía. El Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) de la capital registra un 80 por ciento de accesos colapsados, recomendando el uso de transporte público como el Metro y Metrobús, operativos al 100 por ciento salvo afectaciones menores en la Línea 2 del Mexibús.
Para los afectados, el paro representa un riesgo inminente de desabasto en alimentos y bienes esenciales, al interrumpir la cadena de suministro que depende de estas rutas. Líderes de ANTAC advierten que el cierre podría extenderse si no hay avances concretos, mientras que en la frontera norte, aduanas como Tijuana y Nogales enfrentan retrasos en exportaciones que podrían involucrar a autoridades estadounidenses. En Puebla y Guanajuato, bloqueos en México-Puebla y Celaya-Guanajuato complican el traslado de mercancías agrícolas, exacerbando la crisis para productores locales.
Voces desde el terreno ilustran la magnitud: un transportista en Ecatepec compartió en redes que «neta que ya no aguanta uno con tanto robo en el camino», mientras un campesino de Tlaxcala exigió «precios que dejen vivir al campo, no solo sobrevivir». El PRI, desde la oposición, criticó las «fallas en seguridad» del gobierno de la Cuarta Transformación, aunque sin propuestas específicas. Estas declaraciones, difundidas en plataformas como X, suman miles de interacciones y resaltan la frustración acumulada en comunidades rurales y urbanas periféricas.
En contexto histórico, este megabloqueo evoca paros previos de 2023 y 2024 por temas similares, pero escala a nivel nacional con tomas de aduanas que afectan el comercio exterior. Datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes indican que el autotransporte mueve 55 por ciento de la carga del país, haciendo de estas protestas un pulso vital para la economía. Mientras tanto, en estados como Michoacán y Oaxaca, manifestaciones locales se alinean al paro sin alterar el núcleo federal.
Para mitigar el caos, autoridades estatales habilitan rutas alternas como el Arco Norte y el Periférico completo en el Valle de México, junto con operativos de la Policía Federal de Caminos. El pronóstico para el cierre de jornada apunta a una desmovilización parcial si se reanudan mesas de negociación esta tarde, aunque los organizadores mantienen la postura de «no habrá paso a nadie» hasta ver acciones concretas. En la capital, donde el día laboral apenas arranca, el llamado es a planificar traslados y monitorear actualizaciones en tiempo real.















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