México visto desde afuera: cuando una protesta se convierte en fantasía geopolítica

A veces basta un video de cinco segundos para que el mundo decida por ti quién eres, qué eres y qué está pasando en tu país. Y eso le acaba de ocurrir a México. Mientras aquí discutimos si la policía actuó bien o mal, si hubo infiltrados o si fue una protesta legítima, en el tablero internacional ya nos convirtieron en tres cosas simultáneamente:

  1. una revolución juvenil al estilo One Piece,

  2. un colapso estatal digno de Narcos,

  3. y un levantamiento patriota contra el “comunismo latinoamericano”.

Sí, estimado lector, así de surreal es el internet global.

Porque mientras aquí Clara Brugada explicaba, diapositiva en mano, que “no hubo represión”, allá afuera hubo influencers declarando que estábamos viviendo la Revolución Americana versión CDMX. Ya nada nos sorprende: primero fue Perú la “nueva Cuba”, luego Argentina “la nueva Corea del Sur”, y ahora México “el nuevo Boston de 1776”.

El trumpismo digital se puso creativo. “México City just blew up”, escribió uno. “Miles están asaltando Palacio Nacional”. Y claro, lo acompañaron con un video de 5 segundos ampliado, cortado y saturado de dramatismo. Porque si no exageran, no monetiza.

La derecha internacional encontró lo que buscaba: un palco para afirmar que México es un narcoestado al borde del colapso. La izquierda internacional encontró lo que esperaba: un ejemplo más del intervencionismo gringo narrando un país que no conoce. Y el resto del mundo… bueno, ese solo vio humo, escudos, banderas pirata y un montón de jóvenes corriendo.

Lo más irónico es que la protesta mexicana, tan compleja y tan llena de matices, terminó convertida en un meme geopolítico. Una postal más de esa guerra cultural global donde nadie pregunta qué pasó realmente, pero todos opinan como si estuvieran ahí en primera fila.

Así nos vieron internacionalmente: no como somos, sino como les convenía vernos.

Y la verdad, primo, es que esto nos revela algo incómodo: México ya es parte del espectáculo global del caos, donde cualquier protesta se convierte en serie, cualquier video se vuelve símbolo y cualquier conflicto local se vuelve arma política mundial.

Bienvenidos al futuro. Aquí nada se entiende, pero todo se viraliza.

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