Las lluvias volverán con fuerza a gran parte de México en las próximas dos semanas. Impulsadas por una mayor actividad de sistemas tropicales como ondas, vaguadas y posibles ciclones, las precipitaciones romperán con la disminución estacional que se experimentó a mediados de julio, cuando típicamente se presenta la canícula. Esta fase seca podría finalizar pronto, dando paso a un periodo de inestabilidad atmosférica que beneficiará a muchas zonas afectadas por la sequía.
Según pronósticos meteorológicos sustentados en los modelos ECMWF y GFS, se esperan lluvias significativas en el oriente, centro-sur, occidente y sureste del país. En regiones montañosas podrían registrarse acumulados superiores a los 500 mm. Estados como Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Chiapas y la Ciudad de México figuran entre los más beneficiados. También se anticipan tormentas en entidades del norte como Sonora, Sinaloa, Durango y Chihuahua, especialmente donde actúa el Monzón mexicano.
La presencia de polvo del Sahara podría atenuar temporalmente las lluvias, pero no será suficiente para frenar la tendencia general de incremento. Las lluvias vendrán acompañadas de tormentas eléctricas, granizadas y riesgo de inundaciones urbanas en zonas vulnerables. En paralelo, se vigilan posibles desarrollos ciclónicos en el Pacífico sur y el Atlántico-Caribe, que podrían intensificar aún más las precipitaciones, aunque por ahora no representan amenaza directa para el país.
En contraste, el noreste y las Baja Californias recibirán lluvias más aisladas y variables. La incertidumbre entre modelos es alta en estas regiones: mientras el GFS prevé precipitaciones de 20 a 50 mm —incluso hasta 100 mm en algunas zonas— el ECMWF sugiere acumulados mínimos, especialmente en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Por ello, los expertos recomiendan seguir de cerca las actualizaciones meteorológicas en los próximos días.
Respecto al calor, aunque se espera cierto alivio en amplias zonas del país gracias a la nubosidad y las lluvias, el noroeste, noreste y sureste seguirán registrando temperaturas extremas. Entre Baja California y Sonora se anticipan máximas de hasta 50 °C durante la primera semana de agosto, mientras que en Sinaloa, Nuevo León, Yucatán y Tamaulipas se mantendrán entre los 41 y 45 °C. La combinación con la humedad atmosférica generará sensaciones térmicas aún más elevadas, por encima de los 50 °C.
En contraste, el Altiplano central continuará disfrutando de un clima más moderado. Las temperaturas oscilarán entre los 20 y 30 °C durante el día, descendiendo por las tardes gracias a la altura y las lluvias. Por las noches, los valores mínimos rondarán entre los 5 y 15 °C, con posibles nevadas en los volcanes más altos y frecuentes granizadas en las principales ciudades.
En resumen, México se prepara para una quincena de contrastes climáticos: lluvias intensas, tormentas, granizo, bochorno en el norte y frescor en el centro. Un panorama típico del verano tropical que, aunque desafiante, podría traer alivio a zonas golpeadas por el calor y la sequía.
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