Sheinbaum lanza ofensiva por la soberanía: chips, autos eléctricos y reforma electoral sin reelección

Por Juan Pablo Ojeda

 

Este martes 13 de agosto, la presidenta Claudia Sheinbaum dejó claro que su gobierno no está en pausa ni con freno de mano. Durante su conferencia mañanera, abordó lo mismo la reforma electoral que el conflicto en Medio Oriente, pasando por proyectos de alta tecnología con sello mexicano, una reestructura del salario mínimo y un mensaje directo a la Suprema Corte.

Primero lo primero: no hay reelección ni marcha atrás en democracia, dijo Sheinbaum, zanjando rumores que acusaban retrocesos en materia electoral. Afirmó que su administración está comprometida con el voto libre y secreto, y que todo el ruido que se ha generado sobre una posible permanencia en el poder son “narrativas opositoras” que su equipo ya está trabajando en desmentir con una estrategia clara de comunicación.

En el terreno económico, la promesa es contundente: llevar el salario mínimo a un nivel que cubra 2.5 canastas básicas. Además, el gobierno anunció que congelará salarios de altos funcionarios en 2026 y mantendrá la reducción del 50% en sueldos, como parte de su política de austeridad. Todo esto mientras presume un crecimiento de 7.2% en la recaudación fiscal de enero a julio, que irá directo a programas sociales, salud, educación y proyectos de innovación.

Hablando de seguridad, México entregó 26 criminales a Estados Unidos, en una acción coordinada entre el Consejo Nacional de Seguridad y el Sistema de Inteligencia. Aquí, la presidenta fue tajante: se trata de una decisión soberana, no una concesión al país vecino. La línea es clara: cooperación sí, sumisión no.

En temas internacionales, Sheinbaum condenó el asesinato de seis periodistas en Gaza y lanzó un nuevo llamado a la paz, con reconocimiento mutuo entre Israel y Palestina. El mensaje diplomático fue firme pero humano, posicionando a México como un actor con enfoque pacifista en el escenario global.

Ahora bien, las tensiones con la Suprema Corte no pasaron desapercibidas. La presidenta cuestionó públicamente una sesión extraordinaria del Poder Judicial, insinuando que podría tener fines políticos para frenar la reforma electoral. No hubo respuesta oficial del porqué de la sesión, y eso, en palabras de Sheinbaum, “levanta cejas”.

Pero el plato fuerte llegó con la innovación. Se presentaron dos proyectos que podrían marcar un antes y un después en la industria tecnológica mexicana. El primero, Olinia, un vehículo eléctrico nacional de bajo costo, tendrá tres versiones y será desarrollado en colaboración con el IPN y el TecNM. El diseño se presentará en septiembre, y todo apunta a que será un estandarte de soberanía tecnológica y sustentabilidad.

El segundo proyecto, INNOVA Bienestar, se centra en el diseño de semiconductores aplicados a la salud, con chips capaces de detectar tumores mamarios e insuficiencia renal en etapas tempranas. Este desarrollo contará con hubs en Puebla, Jalisco y Sonora, y el contrato de diseño comercial está previsto para diciembre de 2025.

En resumen, Sheinbaum mandó varios mensajes en una sola mañana: México no se dobla, no se calla y no se queda atrás. El gobierno sigue apostando por el bienestar con ciencia, por la democracia sin trampas y por un modelo económico que huele a futuro. El tablero está en movimiento.

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