El impulso histórico al café mexicano: una ley que busca transformar la cafeticultura nacional

La Cámara de Diputados avanzó en un paso decisivo para el sector cafetalero del país con la aprobación de las modificaciones a la Ley de Desarrollo Sustentable de la Cafeticultura. El presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila, afirmó que esta legislación es clave para el desarrollo nacional, al establecer un marco claro para normar, fomentar y fortalecer toda la cadena productiva del café. La intención, subrayó, es garantizar que este grano, ya esencial en la vida económica y cultural de México, se consolide por ley como un producto básico.

Monreal destacó que esta reforma responde a décadas de lucha de los cafeticultores de estados como Veracruz, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, San Luis Potosí, Nayarit, Colima, Jalisco, Michoacán, Tabasco y Campeche. Sus demandas históricas se reflejan ahora en una legislación más completa, incluyente y acorde con los desafíos actuales del campo mexicano. El diputado explicó que su reserva, aprobada por el Pleno, modifica cerca de 50 de los 86 artículos del dictamen, no solo para mejorar técnica y semánticamente la ley, sino también para incorporar elementos de fondo que fortalecen toda la cadena productiva.

Uno de los cambios más significativos es la reafirmación del café como producto básico y estratégico para la seguridad alimentaria del país. Para Monreal, elevarlo a este rango coloca al café en un nivel de relevancia comparable al de otros bienes esenciales para la nación. Asimismo, se amplía la definición de los actores reconocidos por la ley, abarcando a todas las personas físicas y morales involucradas en la producción, comercialización e industrialización del grano. Esto implica eliminar referencias exclusivas a organismos específicos y abrir paso a políticas públicas más plurales e inclusivas.

La sustentabilidad es otro eje fundamental. La nueva redacción incorpora criterios ambientales, económicos y sociales, además de establecer la obligación de fomentar la educación, la capacitación y la transferencia de conocimientos entre productores. También se reconoce la importancia de la economía familiar y circular, así como la necesidad de favorecer la asociatividad entre pequeños productores. Estas bases permitirán impulsar prácticas agroecológicas que contribuyan a conservar la biodiversidad y mitigar los efectos del cambio climático.

El uso prioritario de semillas criollas y nativas forma parte de esta visión integral, junto con la redefinición del Sistema Nacional de Información de la Cafeticultura, que busca documentar de manera precisa el estado real del sector, especialmente en aquellas zonas ubicadas dentro o cerca de áreas naturales protegidas. Para Monreal, cuidar estos territorios es esencial para el futuro del café mexicano y para las miles de familias cuya vida depende de él.

En su intervención, el legislador recordó sus recorridos por la ruta del café en regiones como Tapachula, en Chiapas, donde las haciendas cafetaleras evocan paisajes únicos que dan vida a uno de los productos más emblemáticos del país. Señaló que los beneficios de esta ley se reflejarán especialmente en estados como Oaxaca, Puebla, Chiapas y Guerrero, cuyos cafeticultores han mantenido una tradición que combina saber ancestral, arduo trabajo y resistencia.

Monreal señaló que, al tratarse de una Cámara revisora, las modificaciones deberán regresar al Senado. Sin embargo, anticipó que ya ha dialogado con senadoras y senadores que están dispuestos a allanarse para acelerar la entrada en vigor de la ley. Agradeció el apoyo de los coordinadores parlamentarios de todas las fuerzas políticas por permitir un trabajo legislativo basado en la racionalidad y la civilidad, y celebró que el consenso haya prevalecido en un tema tan relevante para el desarrollo rural del país.

En un ambiente de reconocimiento y celebración, pidió votar a favor de las reservas y concluyó con un llamado a valorar el esfuerzo de quienes cultivan el café: “¡Que vivan los productores de México! ¡Que vivan los cafeticultores! ¡Viva México!”.

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