Morelos a 17 de agosto, 2025.- En la tarde de este sábado, Temixco, Morelos, se tiñó de violencia cuando asesinaron al influencer Camilo Ochoa, conocido como El Alucín, dentro de su propia casa en el fraccionamiento Lomas de Cuernavaca. Testigos mencionan que era alrededor de las 17:00 horas cuando un pistolero entró al baño y, sin mediar palabra, le disparó—y luego escapó en un vehículo.
Ochoa, quien en su canal Soy Camilo Ochoa narraba historias del narco en tono desenfadado, solía contar que en el 2004 fue secuestrado por Los Zetas mientras trabajaba en los restaurantes familiares El Pollo Loco; según él, fue liberado tras un cuantioso rescate.
Ya en el 2014, declaró haberse unido voluntariamente al Cártel de Sinaloa y haber estado a cargo de una plaza en Mazatlán. Años después, tras pagar su deuda con la justicia, se convirtió en creador de contenido: su canal de YouTube alcanzó cientos de miles de suscriptores, donde mezclaba el narco con su testimonio personal.
Pero su fama también atrajo peligros reales. En enero de 2025, apareció en volantes lanzados desde avionetas en Culiacán, señalándolo como colaborador de “Los Chapitos”, lo que él atribuyó a una estrategia de difamación por parte de la facción rival “La Mayiza. Además, alertó públicamente sobre una ofensiva contra influencers en Sinaloa, donde varios creadores ya habían sido asesinados o amenazados.
Hoy, su muerte añade a Temixco otro capítulo de violencia incontenible. Apenas en abril pasado, el expolicía federal Iván Morales Corrales fue asesinado en ese mismo municipio—una señal de que la región vive bajo la sombra de viejas y nuevas tensiones criminales.
Ahora, los vecinos temen salir de casa; seguidores lloran su final y cuestionan si la fama narco fue su enemigo o simple excusa. Lo que queda claro es que el influencer ya no está y el miedo sigue latente.
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