Enclavado en el corazón de Tabasco, Tapijulapa —el único Pueblo Mágico del estado— se alza como un fénix entre las aguas, demostrando la resiliencia de sus habitantes y la inquebrantable belleza de su entorno natural. Conocido cariñosamente como el «lugar donde se rompen los cántaros», este rincón zoque se ha sobrepuesto a la adversidad, ofreciendo a los visitantes una experiencia única e inolvidable.
A finales del 2020, Tapijulapa enfrentó una de sus pruebas más duras: una inundación que sumergió sus calles y puso en jaque su patrimonio y economía. Sin embargo, lejos de rendirse, la comunidad local ha trabajado incansablemente para restaurar su pueblo, logrando no solo recuperarse sino también revitalizar el turismo, vital para su subsistencia.
La arquitectura virreinal de Tapijulapa, con sus casas blancas adornadas de rojo y calles empedradas, ofrece un escenario de ensueño para los amantes de lo pintoresco. Sumado a esto, sus alrededores son un edén para los entusiastas de la naturaleza, destacándose el Jardín Botánico, que custodia una impresionante variedad de plantas medicinales.
Tapijulapa no solo invita a perderse en su belleza arquitectónica y natural, sino también a vivir aventuras como el rapel en el parque Kolem Jaa o explorar la Cueva de las Sardinas. Además, su gastronomía es un reflejo de la rica cultura zoque, ofreciendo platillos únicos como «el Mone» y «los shotes», que deleitarán a cualquier paladar.
A pesar de su nombramiento como Pueblo Mágico en 2010, Tapijulapa sigue siendo un tesoro escondido esperando ser descubierto por más viajeros. La invitación está abierta para quienes busquen sumergirse en una cultura rica, paisajes exuberantes y la calidez de su gente, elementos que hacen de Tapijulapa un destino inigualable en México.
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