Tras su triunfo contundente sobre Jaime Munguía el pasado 4 de mayo en Las Vegas, Saúl “Canelo” Álvarez vuelve a ser el foco de atención en el boxeo mundial. Esta vez, el desafío proviene de William Scull, el retador cubano que se ha posicionado como la amenaza número uno en la división de peso supermediano por la Federación Internacional de Boxeo (FIB).
La FIB ha ordenado a Canelo, el actual campeón, que inicie negociaciones dentro de un plazo de 28 días para enfrentar a Scull. Este último, quien también brilló en la cartelera de Las Vegas, ha escalado a la cima de la categoría tras derrotar por decisión unánime a Sean Hemphill, manteniendo su récord invicto de 22-0, con nueve victorias por nocaut.
En el pasado, Canelo ha enfrentado situaciones similares con retadores mandatorios impuestos por organizaciones de boxeo, llegando incluso a rechazar peleas, como sucedió con David Benavidez del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Sin embargo, rechazar a Scull podría significar la pérdida de su título de la FIB, un escenario que ya vivió en 2019 con Sergiy Derevyanchenko.
La decisión que tome Álvarez no solo influirá en su reputación y carrera sino también en el panorama del boxeo supermediano. ¿Optará por el desafío de defender su título frente a un emergente y formidable Scull, o buscará otros combates que puedan ser más lucrativos o atractivos para su legado?
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