Parte una caravana de cientos de migrantes cubanos, centroamericanos y venezolanos desde la frontera sur de México en vísperas de las elecciones del 2 de junio.
Los migrantes, entre ellos mujeres con niños y hombres con maletas y agua, comenzaron su trayecto desde Tapachula, la principal ciudad en el límite con Centroamérica, avanzando rápidamente por la carretera federal 200 antes de los comicios.
Según Cristian Sierra, un hondureño entrevistado por EFE, la decisión de partir se tomó por varios motivos, incluyendo los retrasos en los permisos y la aglomeración de personas en la misma zona. «Es la única esperanza que tenemos», afirmó.
Los migrantes expresaron preocupación por posibles detenciones por parte de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y policías estatales, aunque aseguraron que su marcha es pacífica y ordenada.
Orlando, originario de Cuba, relató que pasó un año en Tapachula gestionando un trámite en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), pero decidió unirse a la caravana con un carrito que contenía sus pertenencias después de que las autoridades perdieran sus documentos y solo le notificaran la pérdida por correo electrónico.
«Ahora caminar es la única vía, mano, no te dejan coger un auto, nada», agregó.
Las autoridades mexicanas han intensificado los operativos de seguridad en las carreteras y la frontera sur antes de las elecciones del domingo, que serán las más grandes en la historia del país con más de 98 millones de votantes llamados a renovar más de 20,000 cargos, incluyendo la presidencia y el Congreso.
El Gobierno mexicano ha aumentado significativamente su detección de migrantes irregulares en el primer trimestre de 2024, interceptando a más de 360,000 personas.
Durante la campaña, los candidatos presidenciales de oposición, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, criticaron al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador por su manejo de las peticiones migratorias del expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021).
Por otro lado, la candidata oficialista, Claudia Sheinbaum, prometió continuidad en la política migratoria, aunque reconoció la necesidad de reformar el INM y la Comar. También propuso un proyecto de industrialización en la frontera sur de México que incluya oportunidades de empleo para convertir a Tapachula en la «capital de Centroamérica».
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