Por Bruno Cortés
El Domingo de Ramos marca el inicio de una semana llena de tradición y devoción en Iztapalapa, una de las alcaldías más emblemáticas de la Ciudad de México. Esta celebración, que este año alcanza su edición número 181, es mucho más que una representación teatral, es una muestra viva de la fe y la identidad de esta comunidad chilanga.
Historia de fe y devoción
La historia se remonta al siglo XIX, cuando una epidemia de cólera azotó la región en 1833. Los habitantes de Iztapalapa, en busca de un milagro, elevaron sus plegarias al Señor de la Cuevita, una venerada imagen de Cristo. Como muestra de agradecimiento por la supuesta intervención divina, la comunidad comenzó a representar la Pasión y Muerte de Jesús, una tradición que ha perdurado hasta nuestros días.
Festejos llenos de tradición y color
En este 2024, la representación de la Pasión de Cristo promete emocionar a miles de espectadores. Desde el Domingo de Ramos hasta el Viacrucis del Viernes Santo, Iztapalapa se sumerge en una serie de eventos que incluyen procesiones, recorridos por los barrios, y por supuesto, la emotiva representación de la crucifixión en el Cerro de la Estrella.
Una fusión de culturas y creencias
La Semana Santa en Iztapalapa no solo es un evento religioso, es una manifestación cultural que une lo prehispánico con lo católico. Las calles se llenan de flores, palmas y la participación de cientos de nazarenos, creando una atmósfera única que promueve la cohesión comunitaria.
Una tradición que perdura en el tiempo
A lo largo de los años, esta celebración ha logrado preservar sus raíces, convirtiéndose en un símbolo de identidad para los habitantes de Iztapalapa. Es una oportunidad para reflexionar sobre la fe, la historia y la cultura de México, mientras se disfruta de una experiencia única y conmovedora.
En conclusión, el Domingo de Ramos en Iztapalapa no solo marca el inicio de la Semana Santa, sino que también es el preludio de una de las representaciones de la Pasión de Cristo más importantes y conmovedoras de México. Una celebración que invita a la reflexión espiritual y cultural, y que año tras año reúne a miles de personas en las calles de esta emblemática alcaldía chilanga.
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